Para evitar acabar en un proceso en el cual todos se echan la culpa a todos por algo que pasó mal es necesario acudir a la racionalidad. Es la única manera de evitar que las relaciones con nuestros seres más próximos se acaben agriando o incluso rompiendo del todo. En casos muy extremos puede ser incluso conveniente el acudir a algún especialista para que el ponga un poco de orden en las, cada vez más, discusiones y enfrentamientos constantes que se producen.
En las relaciones a largo plazo, ya sean estas familiares o afectivas, es muy importante no tensar las relaciones porque si no es muy probable que las situaciones de desagrado y de odio por el otro se asienten definitivamente como un elemento más de la familia y / o de la pareja. Estos sentimientos negativos está demostrado que surgen con más virulencia cuando las personas en cuestión tienen fuertes lazos familiares o afectivos. Para evitar caer en este tipo de soluciones hay que imponer la racionalidad y evitar echarse los trastos a la cabeza los unos a los otros. Lo que tiene que primar son la búsqueda de soluciones a situaciones familiares y de pareja que de enquistarse se pueden llevar por delante a la pareja o a la familia.
Fuente: Psychology
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