viernes, 9 de enero de 2009

Resiliencia en tiempos de guerra

Consejos para padres y maestros de niños en el jardín de infancia


Estos sucesos no están claros para los niños. Los padres de sus amigos, o incluso sus propios padres, pueden ser llamados al servicio activo. Si bien usted puede pensar que son demasiado pequeños para entender lo que está sucediendo, incluso los niños muy pequeños pueden asimilar los sucesos aterradores de las noticias o conversaciones que oyen por casualidad. Usted les enseña tantas cosas a sus hijos: a caminar, a hablar, a compartir. Tal vez se pregunte cómo puede ser posible enseñarles y tranquilizarlos durante los tiempos de guerra. La buena noticia es que muchos niños tienen determinado grado de capacidad natural para recuperarse de malos acontecimientos; una mejor noticia aún es que es posible enseñarles a desarrollar la resiliencia, que es la capacidad para afrontar con éxito la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o incluso las fuentes de estrés importantes.

¿Cuáles son algunos consejos que pueden ayudarlo a enseñar a sus hijos la resiliencia? A medida que use estos consejos, tenga en cuenta que cada niño recorrerá la senda hacia la resiliencia de manera diferente y el conocimiento que usted tenga de sus hijos le servirá de guía.

1. Hable con sus hijos. Cuando sus hijos le hagan preguntas, respóndales de manera franca pero simple y en tono tranquilizador. Pregúnteles lo que piensan que está sucediendo y escuche sus respuestas. Prepárese para preguntas que puedan ser difíciles de responder como, por ejemplo, "¿Por qué nos odian?" y "¿Va a morir papá mientras esté peleando allá?"

2. Use a su familia como un manto protector para sus hijos: Envuélvalos en la estrecha relación familiar. En especial durante la guerra, asegúrese de que sus hijos pasen mucho tiempo en familia. Comparta más tiempo con sus hijos jugando, leyéndole o simplemente teniéndolos cerca.

3. Limite la cantidad de noticias que sus hijos ven en tiempos de guerra. Apague el televisor o la radio cuando transmitan noticias sobre la guerra. No es necesario esconderles a los niños lo que sucede en el mundo, pero tampoco deben estar expuestos a relatos constantes sobre la guerra. Guarde diarios y revistas que tengan una amplia cobertura fotográfica de la guerra o portadas atemorizantes.

4. Durante la guerra, planifique una rutina y respétela. A los niños pequeños les gustan las rutinas y los rituales. Si la hora de dormir es un momento para leerles cuentos a sus hijos, asegúrese de dedicar ese tiempo para los cuentos. Su hijo puede ser menos capaz de manejar el cambio en casa cuando la situación mundial es inestable.

5. Asegúrese de cuidar de sí mismo. Sus hijos buscan en su rostro pistas para saber cómo se siente. Si se caen y ven preocupación en su rostro, es mucho más probable que decidan que la caída los lastimó. Del mismo modo, si su rostro refleja el estrés y temor que puede sentir durante la guerra, ellos se darán cuenta. Muchas personas descubren que recurrir a un poder supremo, ya sea a través de una religión organizada o en forma privada, puede resultarles útil. Cuídese para que pueda cuidar de sus hijos.

6. Use el juego para ayudar a sus hijos a expresar sus temores sobre lo que está sucediendo. Anímelos a usar el arte o a simular juegos para exteriorizar lo que no puedan expresar con palabras.

7. Dígales a sus niños que estarán bien. Tranquilícelos diciéndoles que estarán protegidos. Tenga un plan de emergencia para la familia y comente con sus hijos las partes que considere que pueden entender. Puede decirles, por ejemplo, que su casa es la "base" si sucede algo, pero que la casa de la tía Carol es otro lugar seguro al que pueden ir.

8. Observe en sus hijos signos de miedo y ansiedad que puedan no ser capaces de expresar con palabras. ¿Están sus hijos demasiado dependientes y necesitan más abrazos y besos de lo habitual? ¿Comenzaron sus hijos a hacerse pis en la cama o chuparse el dedo después que pensó que habían dejado atrás esa conducta? Pueden estar sintiendo la presión de lo que está sucediendo en el mundo a su alrededor.

9. Haga que sus hijos le ayuden. Sólo porque sus hijos son pequeños no quiere decir que no puedan hacer tareas adecuadas para su edad, incluso si sólo se trata de poner la mesa. Si sus hijos saben que tienen un papel que desempeñar y que pueden ayudar, sentirán que tienen mayor control y también se sentirán más seguros.

10. Plantee las cosas desde un punto de vista positivo para sus hijos. Sus hijos no han vivido lo suficiente para saber que las cosas pueden cambiar y que las guerras terminan, pero pueden haber experimentado algo malo o atemorizante que hayan superado, y usted puede señalar un momento en el que anteriormente tuvieron coraje. Cuando hable sobre malos momentos, asegúrese de hablarles también de los buenos momentos que vendrán.

La resiliencia es un camino

La resiliencia es algo que puede enseñar a sus hijos. No obstante, el sólo hecho de que sus hijos aprendan sobre esta capacidad no significa que no pasarán malos momentos. Los malos momentos duelen y habrá ocasiones en que sus hijos no se sientan felices. La resiliencia es una senda y cada niño la recorrerá a su propio ritmo, tal como cada niño caminó o habló a su propio ritmo. Su hijo puede beneficiarse de algunas de estas estrategias de resiliencia, mientras que otros niños pueden beneficiarse de otras estrategias. La habilidad de desarrollar resiliencia que usted enseña a sus hijos en tiempos de guerra les resultará útil incluso después y es una buena habilidad aplicable en la vida diaria.

Puede sentir que necesita ayuda para enseñarle a su hijo a desarrollar la resiliencia. Si siente que está estancado o abrumado y no puede seguir los consejos que se detallan anteriormente, considere la posibilidad de hablar con alguien que pueda ayudarlo, como un psicólogo u otro profesional de la salud mental. Acudir por apoyo o guía puede ayudar a que su hijo fortalezca su resiliencia y persevere en tiempos de guerra.

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